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UD LAS PALMAS

Una condena de once años y dos días

ALEXIS GONZÁLEZ, Las Palmas de Gran Canaria. 24.5.99

El ascenso de la Unión Deportiva Las Palmas a Primera División ya es una quimera, a pesar de las matemáticas al alcance de los bolsillos. A la UD del 99 le queda por delante el simple reto de reencontrarse algún día a sí misma, con sus esencias y sus señas propias, para recordar lo que es una victoria -y encima el sábado visita al Badajoz, ¿se acuerdan hace un año después de tocar el cielo con el 21 al Extremadura?-, para reconocer el triunfo esquivo desde que sonó la flauta en Santiago de Compostela el 18 de abril, con el gol de Josico que dio oxígeno a Castellano.

Todo lo demás es alimentar ilusiones con sus angustias, porque este sábado 22 de mayo los guiños que hace el fútbol, advirtiendo de su esencia pasional con sus coincidencias, quisieron que se evaporaran en tal fecha las opciones amarillas de ascenso -a pesar de que salgan las matemáticas-. El sábado 22 de mayo de 1999 un gol del ¡Leganés! deja prácticamente a la UD en Segunda División; el domingo 22 de mayo de 1988 la UD jugó su último partido en Primera División. ¿Ironías del destino?Lo cierto es que esta condena de once años y dos días -toda una vida deportiva de una generación de futbolistas- coquetea con la ironía en el año en que la Unión Deportiva Las Palmas cumple sus Bodas de Oro, otra casualidad que no verá la luz: el 22 de agosto de 1999 quería Angel Luis Tadeo celebrar la efémeride de la fundación, el regreso a Primera -se jugará la jornada inaugural del próximo campeonato- y sus 25 años de matrimonio. Qué bonito...

La Unión Deportiva Las Palmas ha jugado con el azar en todo este tiempo, desde el momento de la adoración a la flor en el culo hasta el instante de la trifulca de gallinero cuando la flor se marchitó. Y los guiños que ha recibido no han hecho rectificar a la UD a tiempo; las pistas que ha ido desvelando el azar se han limitado a interpretarse con un conformista y estéril «el fútbol es así», cuando el fútbol, si las cosas se hacen bien en los despachos, los vestuarios y los campos, es de otra manera.

La última mueca del destino se hizo perceptible en el videomarcador del Estadio Insular, el sábado 22 de mayo de 1999, mientras los profesionales dejaban escapar dos puntos imprescindibles para promocionar este año, el equipo cadete ganaba 12 al Betis en Badajoz -ayer certificó su presencia en la fase final del Campeonato de España- y los recuerdos no tardaron en aflorar, esta vez inmarcesibles por la sentencia de esta condena aún sin cumplir. Prorrogada al menos otros trescientos sesenta y pico días más.

Sí, el futuro de la Unión Deportiva ganaba al Betis chico un mismo 22 de mayo en que el pasado amarillo dejó de sumar partidos de Primera División. Aquel domingo 22 de mayo de 1988 el guarismo 944 de encuentros amarillos en Primera quedó estancado para no avanzar más durante estos últimos 11 años. ¿Que qué más da? dirán algunos. Pues sí que da, porque desde que Narciso marcara el último gol en Primera aquel domingo de infausto recuerdo -el Betis ganó también 12 y mandó a la UD a Segunda-, toda la vida amarilla ha sido sueño. Y los sueños, sueños son.

Por cierto, los últimos trece futbolistas que jugaron con la Unión Deportiva Las Palmas en Primera División aquel 22 de mayo de 1988 en el Estadio Insular fueron Manolo; Pepote, Mayé, Sergio, Javier; Contreras, Julio, Saavedra, Yoyo (Alexis, minuto 57); Narciso y Dajka (Oramas, minuto 73). Narciso marcó el 11 en el minuto 31, la última vez que la grada de Ciudad Jardín cantó un gol de Primera División.

¿Habrá que esperar a que el equipo cadete crezca?


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