Yo también soy de barriada

Las Palmas de Gran Canaria ha crecido en las últimas décadas en aluvión y sus habitantes, mayoritariamente, viven en los la periferia. Hasta los que viven en "la city", también residen en un barrio, "el barrio de Vegueta". En todo caso, unos vivimos en el barrio de Arenales, otros en la barriada de Escaleritas, en la barriada de Schamman, en la barriada de Guanarteme, en la barriada de Santa Catalina, etc.

Pero independientemente de la acepción que se tenga, hay que recordar que las barriadas han sido desde siempre la base del fútbol canario. De ellas han salido muchísimos jugadores que han paseado el pabellón isleño a nivel nacional e internacional. En ellas radica una infinidad de equipos que conforman mayoritariamente el tejido futbolístico canario. Es la gente de la cantera, la que mueve miles de personas que les gustaría estar representados por su equipo, que no es otro que la Unión Deportiva Las Palmas. De la barriada de Guanarteme, por citar solo un ejemplo, salió Germán Dévora, luego bautizado como "el maestro".

Hasta la conversión de la U.D. en Sociedad Anónima Deportiva coexistían en torno al club dos colectivos: "los que trabajaban para el equipo", dirigentes, futbolistas y empleados, y "los que pagaban por ver al equipo", la afición incondicional. Sin embargo, con el advenimiento de las SAD, este binomio se ha convertido en trinomio, pues han entrado en liza "los accionistas mayoritarios" de esas sociedades anónimas deportivas, que han aportado sus capitales en pro de unos objetivos que sólo ellos conocen a ciencia cierta y que las controlan impermeables a la opinión de la afición. La aportación cuantiosa de dinero que han efectuado al club ha supuesto sin lugar a dudas un relanzamiento en los últimos años que, sin embargo, se ha visto empañada por una deficiente gestión económica y deportiva que están a tiempo de enmendar.

Pues bien, al parecer, por parte de determinado dirigente se distingue entre los aficionados de barriada y los otros. Viene esto a cuento porque a un medio concreto han pretendido devaluarlo tildando a su audiencia "de barriada", con evidente ánimo peyorativo, dándose el efecto –no deseado, seguramente- de ofender mas a los oyentes que a la propia emisora de radio.

Esta forma de actuar de algunos responsables deportivos, que se añade a un trato discriminatorio al mismo medio en el desempeño se su labor en el Estadio Insular, aparte de ser anticonstitucional y decimonónica, coarta la libertad de opinión y de trabajo que también la Carta Magna reconoce, y si lo hacen con profesionales de gran audiencia que llevan tantos y tantos años, antes de que se constituyera la SAD, informándonos de la evolución de nuestro equipo, qué no harán con aquellos que se inician ahora en el periodismo deportivo. Por eso, ante actitudes impresentables como la expuesta no nos queda mas que gritar a los cuatro vientos: yo también soy de barriada.

29 de marzo 1.999

Firmado: PIOPIO.COM

info@piopio.com